IN MEMORIAM
AURA MEDIOCRITAS
Mi Padre murio y vivio convencido de que la forma en como se condujo a lo largo de sus anos, fue la que cualquier ciudadano podia observar sin hacer alardes de nada; con las pretensiones sencillas y legitimas de obtener un credito de respeto social como una consecuencia natural de su trabajo publico y privado, al que tampoco tenia que considerarsele algo excepcional o fuera de lo normal.
Nunca busco notoriedad. No necesito de la adulacion, el aplauso o la lisonja. Nunca acepto mafias o alianzas con nadie. Su firme caracter lo supo ejercer con justicia meridiana como lo acreditan los testimonios de quienes trabajaron bajo su egida.
Fue un hombre dedicado a su trabajo con frutos de excelencia, seguro de si mismo. Defendio la Plaza siempre que fue necesario esgrimiendo sus propias armas: El Conocimiento.
Sus lecturas fueron las que avalan su biblioteca; asi como las revistas y diarios que lo mantenian al dia. Sus opiniones y expresiones fueron la norma de una persona culta e informada. Jamas le escuche pronunciar una insolencia, procacidad o impudicia. Tampoco le fue hacer comentarios perniciosos, perversos o enconados. La envidia jamas la conocio.
No pertenecio a organizaciones, sectas o grupo ninguno que no fuera su trabajo o su familia. Del dinero y del poder ni se hable, no lo movieron ni un apice. Ningun ofrecimiento le fue tan importante como la lealtad a sus principios de honestidad adquiridos desde nino en su casa.
Para el descanso no se regodeaba en la pereza o en la molicie. En el comer y beber no solamente no se extralimitaba sino que tampoco se refocilaba con manifestaciones en el decir y en el gustar y no se diga de la urbanidad sobre la mesa.
Su risa fue siempre de un tono agradable, no vulgar ni estentoria. De presencia gallarda, varonil y con una esposa hermosa. En el vestir y su imagen personal fue cuidadoso. Sus trabajos esteticos hablan de su gran sensibilidad:
"Recogido en mis propios silencios
sintiendome parte de la creacion
me alivia y me conforta
incorporarme a la grandeza de lo creado
sentirme como el pequeno insecto
por la misma mano sustentado
cumpliendo en cabal concierto sus designios".
AQUILES RODRIGUEZ NAVA (1911-2003).
Un ciudadano ejemplar.
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