Por Virgilio Rodríguez Castro.
25 de enero del 14.
UN DÍA DE LA SEMANA QUE TERMINA HOY, EN UN LUGAR COMÚN A ESTA
EDAD -el consultorio de un prestigiado médico-,
COINCIDÍ CON UN QUERIDO AMIGO DE LA
INFANCIA Y COMENTAMOS MUERTOS DE RISA, LO SUCEDIDO EN AQUELLA FESTEJACION DEL ANIVERSARIO
“N” DE LA GENERACIÓN FUNDADORA DE NUESTRO QUERIDO PLANTEL el Colegio Marista CUANDO, LOS
ORGANIZADORES CON MUCHO INGENIO EMULANDO LA ENTREGA DE LOS PREMIOS OSCAR HOOLYBUDENSES FORMARON
PARA ESE AÑO DE LA CELEBRACIÓN, SENDAS TERNAS EN DISTINTAS CATEGORÍAS PARA
SEGÚN HASTA ENTONCES SE DISTINGUIERAN EN LA VIDA LOS PARTICIPANTES Y, QUE FUERA LA VOTACIÓN
DEL PÚBLICO AHÍ REUNIDO, COMO SE OBTUVIERA PARA UNO DE ELLOS LA VALORADA PRESEA
Y ASÍ FUE QUE DESFILAMOS DE TRES EN TRES LOS NOMINADOS POR LA ALFOMBRA ROJA.
ENTONCES, LES PLATICO, QUE DE UNA DE ESAS TERNAS DONDE COMPETÍAMOS ESTE CONDISCÍPULO MÍO AL QUE ME REFIERO Y OTRO MÁS CON EXACTAMENTE LA MISMA VOCACIÓN PROFESIONAL -de quienes no diré sus nombres por mesura- ME LLEVE POR ACLAMACIÓN UNÁNIME LA ESTATUILLA: "Al más casto".
LA CUESTIÓN ES QUE, LA INESPERADA BROMA PARA TODO EL AUDITORIO EXPECTANTE, FUE QUE MIS DOS ADVERSARIOS EN DICHA JUSTA SON SACERDOTES ¡JAJAJA!
¡SALUDOS!
V.R.C.
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