GRACIAS HEF.
Por Virgilio Rodríguez Castro.
29 de marzo del 14.
“Por la filosofía
que le imprimiste
al Play Boy”
VRC
Cuando regrese a casa para mis vacaciones de Semana Santa, en la mesa con un vino de recepción pregunte al aire por las cajas que contenían la colección de mis revistas del Play Boy que había dejado yo perfectamente bien empacadas cuando me fui a la universidad… se hizo un silencio… y mi querido Padre dijo secamente: “Los libros no se queman” y ahí quedo el asunto sin más averiguación.
Y bueno, ya lo he referido en otras ocasiones sin empacho cuando viene al caso y se trata el asunto de la revista en cuestión y su influencia en nuestra generación, de que personalmente yo tuve una formación playboyesca no solo por lo dicho anteriormente y por lo que así se entiende sino por los maravillosos textos que leí con avidez siempre de primer nivel en sus seductoras páginas pero, ahora, para mí mayúscula sorpresa 50 años después cuando me entero de que para muchos amigos míos de mi generación la revista les paso de noche - no la portada que seguro veían extasiados en los estanquillos - por las entrevistas a notables, ensayos, artículos de fondo y actualidad contenidos sociales a lo largo de su fructífera vida no lo puedo creer.
Lo cual habla en destacadísimo lugar de la libertad de que goce en casa por parte de mi padre ejemplo a carta cabal y genuinamente liberal; por otra parte habla, de la estigmatización mojigata de la época -todavía enquistada aquí, allá y acullá- que provoco y explica en buena medida la libertad sexual que se desató como reguero de pólvora para quedarse entre hombres -sin memoria- y mujeres - también - y que en definitiva nos libero del pecado original a temprana edad ya buena hora. En otro habla también del fatídico, funesto, dañino y maléfico efecto infringido de por vida casi letalmente diría yo a los imberbes, pobres e indefensos pubertos por parte de los retrogradas conservadores pretendiendo conservar su statu quo y, finalmente, no de menor monta, habla del hecho de saber como por su precio se restringe la cultura a un cierto sector de la sociedad.
Al increíble play boy por excelencia de la época de oro hoolybudense después de Hef por supuesto, lo conocí yo por Noa Dietrich en su libro que leí de jovencito: “El increíble Howard Hughes” del que hay que saber también las aportaciones que hizo al diseño del brassier, a las camas de hospital, al fuselaje de los aviones y otras muchas más cosas como también eran de mi admiración Dean Martin y el resto del grupo encabezado por Frank que hacían otras cosas muy divertidas jejeje.
De tal manera que cuando nos incorporamos a la actividad pública pues no encajábamos por ningún "laredo" especialmente por la facha entre de Elvis, James Dean y Beetlezca que desentonaba con los patrones arcaicos, rancios y apestosos del clásico político ortodoxo aparentando ser y con éstos, ésos y aquellos más los otros muchos más referencias, parámetros y hacer paradigmas del fenómeno social de la época que explicablemente que regresamos con "otras ondas" al terruño que se había quedado como lo dejó ya quienes en caso todo nos correspondía tal cosa de "el cambio"- que hasta hoy no se concreta en las políticas públicas - pero que finalmente no nos no se modificaron, cambiaron y/o evolucionaron ni un ápice en la antigua sociedad de aquel tiempo con la que al volver nos enfrentamos a los jóvenes profesionistas abandonaron, no nos entendieron o no nos dimos a entender -por el abismo generacional- teniendo como resultado en consecuencia que no pudimos hacer nada a pesar de que fuimos mi generación precisamente la punta de lanza en la política activa después del 68 no solo aquí en México penosa, triste y lamentablemente domesticada a la izquierda ya la derecha del Sistema sin resultados tácitos verdaderamente significativos como se esperaba romanticamente…
“Solo había que precisar
lo que se quería
como hizo Hef”
VRC
Villa de Nuestra Señora de la Asunción
de las Aguascalientes, Ags., México
a 29 de marzo del 2014.
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