DR. OLAF LÖFGREEN.- No quieren saber nada de los hombres. Todos son iguales como nosotros decimos de ellas. Nos usan como nosotros las usamos. Las mujeres, Virgilio, no son una perita en dulce justificadamente o no. Ellas están siguiendo su propio camino y nosotros el nuestro por la fuerza gravífica de su centro. De ahí su gran responsabilidad y trascendencia; que, con su gran determinación por consolidar sus legítimas aspiraciones de reconocimiento a sus capacidades personales y de genero, están acelerando indiscutiblemente, sin saberlo, el advenimiento de la nueva era, de la nueva sociedad y, por consiguiente, el derrotero de la humanidad en su conjunto como hemos venido sustentando, Virgilio, asunto que tampoco tiene reversa. En realidad a ellas, como ya hemos dicho reiteradamente, corresponderá la consecución del curso de la familia y en consecuencia de la sociedad y de la historia por ende, en contraposición a Fukuyama; porque en realidad, la historia -cientifica- se inicia hoy; que, por supuesto, desde nuestro punto de vista será para evolucionar. Porque, mire usted, Virgilio, una cosa es lo que deseamos sucediera con ojos paternales o paternalistas al interior del “hogar dulce hogar” y otra cosa muy distinta es lo que esta sucediendo con el fenómeno de la implosión social en un punto de densidad infinita: LA MUJER.
Fragmento del Libro "NON NOVA SED NOVE"
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